Se para frente al espejo y se mira de arriba a abajo, esta guapa, no preciosa porque no lo es pero se siente guapa. Lleva una camiseta negra y unos vaqueros ajustados, la hacen sentirse bien consigo misma, encima de sus botines de tacón se siente poderosa, siente que puede con todo lo que se le venga encima. Su maquillaje sigue perfecto, parece una muñequita con su piel de porcelana, sus ojos grises brillan perfectamente delineados, le dan una mirada felina enmarcada por unas largas y curvadas pestañas sus labios rojos sonríen a la imagen que se refleja en el gran espejo, su pelo largo cae sobre sus hombros en pequeñas y graciosas hondas, el flequillo le da un toque juvenil.
Entonces su expresión cambia, la sonrisa desaparece y el brillo en sus ojos se torna melancolíco, los cierra y suspira ha llegado el momento. Con expresión triste se quita los botines de tacón que tanto poder creía que le daban, suelta el botón y la cremallera de los vaqueros, los baja y levanta la vista, la camiseta desaparece también y queda despeinada, se mira al espejo y esta apunto de echarse a llorar, mira su cuerpo de arriba a abajo y no le gusta lo que ve, no entiende el por que pero no le gusta. Las lágrimas empiezan a caer por sus mejillas teñidas de negro, estropeado ese perfecto maquillaje. Con una toallita húmeda desaparece el rojo de sus labios y con el todo el maquillaje, dando paso a unas grandes ojeras prueba de largas noches de pesadillas y en vela pensando ¿por que a mi? Aparecen también cicatrices, quemaduras y manchas que con tanto esmero tapo temprano en la mañana, entre lágrimas se trenza el pelo y se pone un pijama, quita las lentillas que tan bien la hicieron sentir y sus pupilas se dilatan escondiendo el gris de sus ojos, se tornan negros y tristes, se pone sus gafas y sabe que hasta ahí llego la chica fuerte que salió por la puerta con una sonrisa aquella mañana.
Vuelve a sentirse bajita y desprotegida, insegura y fea, pequeña e insignificante…invisible. Su armadura a caído, ya nada la protege, la máscara ya no esconde nada. Vuelve a ser invisible para el resto del mundo. Vuelve a no ser nadie…
Mañana será otro día, antes de salir volverá a ponerse su armadura y estará lista para intentar afrontar otro día que acabara en la misma rutina
Y es que no quiero volver a vivir lo mismo dos veces.